Motivación e incentivos para mejorar el rendimiento laboral
El mal humor es una amenaza constante para las empresas. Ya que es consecuencia de un desinterés progresivo en su puesto de trabajo o, en muchos casos, insatisfacción laboral. Esto puede causar que el personal se sienta frustrado, sin motivación en el trabajo y, por tanto, no ofrezca todo el rendimiento que podría aportar.
En España, al menos un 45,7% de la población laboral no está satisfecha, y un 18,5% del total de trabajadores activos está buscando un nuevo empleo. Para que tu empresa pueda evitar esto, deberás encontrar cómo motivar a un empleado desmotivado para que ambos puedan crecer.
Motivación e incentivos contra el bajo rendimiento laboral
Que tu empresa cuente con un Plan de Incentivos, tiene muchas ventajas si se desarrolla con transparencia. Su objetivo principal es mejorar el nivel de desempeño de los empleados, tratando de motivar al empleado, con incentivos, a ser lo más productivo posible y promoviendo el aumento de la productividad de los trabajadores a través de más y mejor formación y disponibilidad de equipo.
Ventajas de los incentivos
Los incentivos enfocan los esfuerzos de los empleados en metas específicas de desempeño, proporcionando una motivación verdadera que produce importantes beneficios para el empleado y la empresa. Además, los pagos de incentivos son costes variables que se alcanzan con el logro de los resultados, y al contrario, los salarios bases son costes fijos que en gran medida carecen de relación con el rendimiento. La compensación de incentivos se relaciona directamente con el desempeño de operación, es decir, si se cumplen los objetivos de operación, se pagan los incentivos; de los contrario, no se abonan. Además, impulsan el trabajo en equipo cuando los pagos a las personas se basan en los resultados del equipo. Y son una forma de distribuir el éxito entre los responsables de generarlo.
Cómo afecta el estado de ánimo al rendimiento laboral
Nunca Nietzsche podría haber estado más acertado. Y es que el sentido del humor lleva implícito un papel protagonista, de tal calibre que en su ausencia hasta la productividad y el rendimiento de una persona en su trabajo puede verse seriamente afectado.
El mal humor es un atributo al que le gusta viajar en compañía. Si por cualquier razón la alegría no te desborda, es muy probable que tampoco te sientas muy entusiasmado en tu puesto de trabajo, poniendo tu rendimiento laboral en entredicho, bien seas agente de Contact Center, responsable de RRHH o un directivo de alto cargo. Por el contrario, si afrontas el día con optimismo, eufórico o simplemente alegre, tu productividad se verá altamente recompensada.
El sentido del humor tiene aún mucho que decir en el aspecto más puramente empresarial. La clave reside en la gestión del estado de ánimo a fin de que no afecte negativamente a tu trabajo. En este sentido, tres expertos en liderazgo han plasmado sus pareceres en la revista Harvard Business Review. Alexander Caillet, Jeremy Hirshberg y Stefano Petti llevan dos años entrevistando a líderes empresariales y han encontrado significativos indicadores que desvelan que el estado de ánimo puede llegar a tener un mayor impacto incluso del que puedes llegar a pensar.
Nueve de cada diez encuestados relacionaron la calma, la energía y la felicidad como sentimientos detonantes del buen rendimiento laboral. Por otro lado, la frustración, la ansiedad y el cansancio pueden ser factores que a corto plazo sí actúen en favor de una potenciación de la productividad. Sin embargo, a la larga resulta perjudicial convivir con estos sentimientos negativos en tu entorno laboral. Amén de poner en entredicho la imagen de la empresa a la que representas. Del buen humor se debe hacer un estandarte, y más cuando tu trabajo en el Contact Center se nutre de él para dar una correcta atención a tus clientes.
Los 18 estados de ánimo del liderazgo
En esta cruzada contra el mal humor en el trabajo, Caillet, Hirshberg y Petti se atreven a lanzar cuatro claves para combatir las ‘malas pulgas’.
- Reconoce tus pensamientos y sentimientos: trata de generar sensaciones positivas a través de estímulos externos. Leer el periódico, alguna revista o participar en conversaciones hará que tu negatividad se aleje y afrontes la jornada con otro entusiasmo.
- Levántate y muévete: los expertos reconocen que estirar los músculos favorece el riego sanguíneo y mejora la función cognitiva. Por ello, asegúrate de tomar descansos y respirar profundamente para canalizar ese estrés acumulado.
- Usa los elementos externos a tu alcance: prueba a cambiar la iluminación de tu estancia para hacerla más tranquila. Escucha música feliz y entusiasta, ordena tu escritorio para evadirte por un momento o cualquier otra tarea que haga desaparecer tu ‘mala uva’.
- Sé saludable: Combina una dieta equilibrada con ejercicio frecuente, así como dormir lo suficiente. Mens sana in corpore sano.
Y tú, ¿qué haces para combatir el mal humor en tu trabajo?
Artículos relacionados
¿Quieres conocernos?
¿Quieres conocernos?
Contacta con nosotros y te mostraremos todo nuestro potencial
enfocado a tu marca